Impedidas de aumentar las cuotas, reclaman que el Estado les siga otorgando facilidades para pagar aportes, abonar salarios y reducir el pago de impuestos.
Las clínicas, sanatorios y las entidades prepagas plantean que el Gobierno les mantenga las ayudas otorgadas a partir de marzo del año pasado con la irrupción de la pandemia mientras se rediscute el tratamiento que se le debe dar a los aumentos de las cuotas de los afiliados a la medicina privadas.
Esas ayudas, que se otorgaron hasta diciembre pasado, consistieron en
– La reducción de hasta el 95% de las contribuciones patronales sobre la masa salarial ( decretos 300 y 332/2020),
– El pago de una parte de los salarios del personal de salud (ATP)
– La reducción de la alícuota del impuesto a los débitos y créditos.
Hasta octubre, según datos del sector, fueron más de $ 50.000 millones, suma que podría superar los $ 60.000 millones con los auxilios de noviembre y diciembre.
Durante el año pasado, hasta diciembre, las cuotas de las prepagas se mantuvieron inalteradas y solo se dispuso a partir de ese mes de un incremento del 10%, luego que el Gobierno anulara incrementos de las cuotas superiores (15%) para diciembre y aumentos adicionales para febrero (primero 10% y luego 7%) aprobadas por el Ministerio de Salud y luego anuladas por decisión de la Casa Rosada.
Jorge Piva, director del Sanatorio Finochietto y Medifé, le dijo a Clarín que al no haber podido ajustar los aranceles de las cuotas, porque el Gobierno no autorizó los aumentos, las asistencias del Estado deberían mantenerse mientras dure la pandemia y no se autoricen los aumentos de las cuotas. Piva agregó que el año pasado los costos de la salud subieron más del 50%, un poco más de 10 puntos por encima de la inflación promedio. Y sin esas asistencias, estarán en dificultades para continuar con los servicios y el pago de los salarios.
En tanto, muchos profesionales que atienden a los afiliados de las prepagas se están dando de baja del sistema o empezaron a cobrar a los afiliados un plus por cada atención medica porque las prepagas no les actualizaron los honorarios con el argumento de tener los valores de las cuotas congeladas.
Las prepagas atienden a 2,5 millones de personas entre afiliados directos y sus familiares, que pagan una cuota mensual que varia según la cantidad de integrantes de cada familia y el nivel de cobertura. Se calcula en unos $ 15.000 para un plan medio familiar para una familia tipo. Con planes superiores, la cuota supera los $ 20.000.
Además, hay otras 3 millones de personas que se traspasaron desde una obra social y cubren con los aportes y contribuciones obligatorios el costo del plan o pagan una diferencia si no alcanzan el monto total.
En estos casos, si están alcanzados por Ganancias, pueden deducir hasta el 5% de la ganancia neta de cada año de la base imponible del impuesto a las Ganancias.
Por Ismael Bermúdez
FUENTE: CLARÍN