Superaron el Indice del precios al consumidor (IPC) durante el primer semestre. Cuáles son los que registran el mayor incremento.
La crisis económica está haciendo estragos en los bolsillos de la gente. La inflación crece cada vez más, el dólar también, y el costo de vida aumenta en paralelo. Esto afecta todos los aspectos. Desde los impuestos hasta el consumo de alimentos. Pero también genera distorsión en algo que en época de pandemia es vital: la salud. Según un relevamiento del Observatorio de Costos de Salud de la Unión Argentina de Salud, los medicamentos ambulatorios en general aumentaron un 28,6% en el primer semestre de 2021, por encima del IPC general, que fue de 25,3%.
El informe expone cómo se comportan los precios de los medicamentos en plena crisis económica. Ahí dice que la inflación interanual del precio de los medicamentos fue de 62,6%, mientras que el IPC general interanual fue de 50,2%. Entre los medicamentos de uso común, de venta bajo prescripción, cuyo precio trepó más desde enero de 2020, el Enalapril (para la hipertensión) aumentó 93,8%; la levotiroxina (para las tiroides) se incrementó un 86% y el salmeterol (para el asma) aumentó 85,59%.
Por otro lado, un anticonceptivo (drospirenona/etinilestradiol) aumentó 86,94%; una crema antibiótica de uso pediátrico un 153%. Y sólo desde marzo a julio de este año, un spray nasal de cloruro de sodio de uso pediátrico aumentó 21,9%.
Si se observa la variación de precios de tres productos de los más utilizados, se ve cómo aumentaron muy por encima del nivel inflacionario desde septiembre de 2020 hasta julio de 2021.
Estos datos son similares a los relevados por el Centro de Profesionales Farmacéuticos Argentinos (Ceprofar), que informa que “durante el primer semestre de 2021 los medicamentos más usados aumentaron en promedio un 31%. El aumento por sobre la inflación es el 5,7%. Los aumentos acumulados en 2020 y lo que va de 2021 superan a la inflación general en un 15,7%. También indican que los productos que más aumentan son los recetados más usados, con picos de hasta el 39%.
Destacan la gran variación de precios entre distintas marcas: el precio se triplica y hasta cuadruplica según la marca.
Ricardo Lilloy, presidente de la Cámara de Empresas de Medicina Privada e integrante de la Unión Argentina de Salud, dijo que “el gasto del medicamento no es transable, con lo cual no hay otra opción que pagarlo lo que vale. Venimos alertando sobre que los costos están por encima del costo de vida. Nos preocupa por el impacto que tiene sobre la masa de fondos disponibles para atender la necesidad de salud”.
Y agregó: “Este aumento afecta el servicio de salud y la necesidad de la gente, que demanda mejor atención y más efectiva. Esto afecta también en la incorporación en el sistema de salud argentino de nuevos medicamentos que serían muy útiles para el tratamiento de enfermedades más graves, pero que por su costo no pueden llegar al público”.
De venta libre
Los medicamentos de venta libre están entre los que más aumentaron por encima de la inflación, representando un impacto directo en el gasto de bolsillo. En medicamentos de uso pediátrico se verificaron aumentos que superan en algunos casos el 40%.
En cuanto a los de alto costo, en el período enero 21-junio 21 el aumento promedio fue de 20.5%, con algunos productos que alcanzaron el 30% de incremento.
En estos casos, la mayoría tiene un precio superior a los $ 500.000, por lo que un aumento del 20.5% equivale a $ 102.500. Hay productos como el Treprostinil 0,6 mg/ml, que tienen un costo aproximado de $13.858.975 las 28 ampollas.
Desde el Observatorio aseguran que “los incrementos en los precios de los medicamentos están teniendo una creciente incidencia en los costos de la salud. Mientras que en 2019 el gasto en medicamentos comprendía el 20% del gasto total, en 2021 ya constituye el 28%, superando al gasto en internación y cirugías y tomando una parte importante del costo en atención ambulatoria. Esto, afirman, tiene como consecuencia el deterioro del sistema y la pauperización de los profesionales y trabajadores de la salud”.
Por Gonzalo Herman
FUENTE: CLARÍN