Un informe del Observatorio de Costos de la Salud de la UAS detectó incrementos de hasta el 50% durante el segundo cuatrimestre del año. La entidad alerta por el impacto económico que tienen en el sistema privado aquellas drogas que alcanzan cifras millonarias por cada tratamiento.
El aumento del costo de vida golpea tanto el bolsillo de los consumidores como las estructuras económicas de distintos sectores de la sociedad argentina. La salud no es la excepción. Un nuevo informe detectó fuertes subas en los precios de los medicamentos durante el segundo cuatrimestre de 2022, con una notable aceleración respecto del período anterior. Hubo picos de hasta 50% en los insumos para internaciones; y también alzas por encima de la inflación en los remedios de alto costo que pueden generarle gastos millonarios a obras sociales y prepagas por cada tratamiento.
El relevamiento fue realizado por el Observatorio de Costos de la Salud de la Unión Argentina de Salud (UAS), la entidad que nuclea a las principales empresas del sector privado del sistema sanitario del país.
Al medir los precios de los medicamentos, se detectó que aquellos que habitualmente son usados para internaciones tuvieron las mayores subas, llegando al 32% en promedio durante el cuatrimestre mayo-agosto de este año, sensiblemente por encima del aumento del Índice de Precios al Consumidor medido por el INDEC, que en el mismo período fue del 24,8%.
Algunos productos mostraron picos aún más llamativos: los sueros se encarecieron 50% y los productos de contraste, 45%. Los descartables -insumo clave en el sector- quedaron apenas por debajo de la media, pero aún así superaron la inflación: tuvieron un alza del 27%.
“La diferencia entre los aumentos del primer y segundo cuatrimestre es alarmante”, advierten desde la UAS, para marcar la fuerte aceleración que están teniendo estos productos. En el primer cuatrimestre del año, los insumos de internación habían subido 14% en promedio. Es decir que en el período posterior el aumento fue más del doble.
De esta forma, los precios retomaron la preocupante curva ascendente que se había registrado en 2020 y hasta fines de 2021. Luego, durante algunos meses, la tendencia se había desacelerado debido al “congelamiento” acordado entre el Gobierno y los laboratorios.
Como ya había advertido la UAS en informes anteriores, estas alzas se dan en simultáneo con un creciente impacto de estos insumos en los costos de la salud, impulsado por una mayor cantidad de unidades vendidas. Hace dos años, se gastaba en medicamentos dos de cada diez pesos destinados a gastos sanitarios en la Argentina. Hoy esa relación se expandió a tres de cada diez. De esta forma, en el país ya se gasta en remedios (30% del gasto total) más que en internaciones y cirugías (24%), mientras que estos rubros estaban a la par hasta el año pasado.
El impacto de los medicamentos de alto costo
El relevamiento de la UAS advierte que en el cuatrimestre mayo-agosto también se registraron importantes alzas en los medicamentos denominados de alto costo, que pueden valer millones de pesos y que muchas veces deben ser cubiertos por prepagas y obras sociales a raíz de fallos judiciales. “También tuvieron un promedio de 32% de aumento a agosto de este año. En el primer cuatrimestre hubo subas del 18,50% en promedio”, detallaron desde la entidad.
“Los productos de alto costo hace ya mucho tiempo dejaron de tener baja incidencia. Hoy son prescriptos a miles de pacientes por mes, con tratamientos que se pueden extender por varios años”, agregan. Un dato: en 2010 estas drogas representaban el 8% del gasto total en medicamentos, mientras que hoy esa proporción se incrementó al 62%, según estimaciones del sector.
Sus precios pueden oscilar entre los $ 100 mil y los casi $ 200 millones por cada tratamiento, sin ninguna razón que justifique estos valores y además sus variaciones de precios están atados al dólar. Dos de las subas más significativas se vieron en la medicación para el cáncer Herceptín, que aumentó 54,44% hasta alcanzar los 279.125 pesos; y Genvoya, una droga para el VIH que llegó a los 121 mil pesos tras trepar 35,15%.
También aumentaron la Hemlibra (para hemofilia, subió 23,50% y ya supera los 3 millones de pesos), el Genotropin (para el atraso del crecimiento, ahora cuesta $ 124.902 tras subir 27,50%) y el Decapeptyl (para cáncer de próstata, que aumentó 26,41% y llegó a los 141.834 pesos).
“De un listado de los 58 productos de alto costo más utilizados, 38 tienen un precio mayor a los 100.000 pesos; 17 productos cuestan más de 300.000 pesos; 10 superan los 500.000 pesos y 7 ascienden a más 700.000 pesos”, advierten desde la entidad.
Entre los que llegan a valores mucho más elevados, se encuentran el Zolgensma (192 millones de pesos por tratamiento, para la atrofia muscular espinal), el Cerliponase Alfa (151 millones, para la lipofuscinosis ceroide tipo 2), el Elosulfase Alfa (125 millones, para mucopolisacaridosis), el Idursulfasa (68 millones, para Síndrome de Hunter) y el Treprostinil (35 millones, para la hipertensión pulmonar).
“La UAS expresa su preocupación por el impacto de este segmento de medicamentos, que muchas veces deben cubrir por fallos judiciales sin información acerca de la evidencia de su efectividad, así como de los procedimientos marcados en guías de atención clínica basados en la evidencia. De esta forma, casos particulares absorben los presupuestos de obras sociales y prepagas y reducen la capacidad financiera para dar cobertura a los demás afiliados y asociados”, sostienen desde la entidad.
Los ambulatorios
Actualmente rige en el país un acuerdo voluntario de precios con la industria farmacéutica con un valor de referencia marcado por el Gobierno. Según lo pautado en la prórroga cerrada días atrás, los montos ahora podrán subir como máximo un punto menos que la inflación mensual.
Sin embargo, hay algunas diferencias entre los datos oficiales y los relevamientos que realizan entidades del sector. En julio, por ejemplo, el Ministerio de Salud indicó en su tabla de evolución de precios de referencia que los medicamentos habían subido en promedio un 5%.
“A diferencia de lo que plantea el Gobierno, en el mes de julio los medicamentos ambulatorios aumentaron 7,36% con respecto a junio de 2022, según datos de la Confederación Farmacéutica Argentina”, señalaron desde la UAS. Ese mes el IPC tocó un techo al llegar a 7,4% y la inflación interanual (julio 2021-julio 2022) alcanzó el 71%. Los medicamentos ambulatorios la siguieron de cerca: 67,64%.
Al igual que lo que sucede con los valores de los insumos de internación y los medicamentos de alto costo, estas cifras también empiezan a mostrar una aceleración del aumento de precios. La suba promedio de los medicamentos a junio había sido del 36%.
¿Qué pasó en agosto? Según un relevamiento de la consultora PxQ, basado en datos del INDEC, el aumento promedio volvió a ser alto: 5,3%. De todas formas, se mantuvo por debajo de la inflación mensual que se ubicó en el 7%. El Rivotril, por ejemplo, fue la única de las drogas relevadas que tuvo un aumento superior al IPC: 7,5%.
Diferencias entre marcas y respecto de otros países
Los aumentos de precios ampliaron disparidades en los valores del mercado. En estos meses se acentuaron las diferencias entre los medicamentos de marca respecto de productos similares. Hay casos en los que casi duplican su valor. Algunos ejemplos relevados por la consultora PxQ:
- Una aspirina 500 mg. de Bayer tiene un precio 184% mayor a una aspirina similar.
- Un anticonceptivo (drospirenona 3mg etinilestradiol 0,03mg) de Bayer tiene un precio 58% mayor a un medicamento similar.
- Un paracetamol de 500 mg. de Genomma tiene un precio 67% mayor a un medicamento similar.
- Un ibuprofeno 200 mg. de Pfizer tiene un precio 42% mayor a un similar.
- Una metformina de 850mg de Montpellier tiene un precio 39% mayor a un medicamento similar.
El estudio de mercado de PxQ arroja otro patrón importante: en comparación con los Estados Unidos, el impacto del costo de los medicamentos en relación al salario es mucho más alto en nuestro país. A un paciente de la Argentina, le cuesta 387% más comprar un ibuprofeno de 600 mg que a un estadounidense; un 249% más pagar una aspirina de 500 mg; un 243% más acceder a una buscapina de 10 mg; un 197% más abonar un paracetamol de 500 mg y 56% más comprar una metformina.
Buenos Aires, 5 de octubre del 2022
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